ACERCA DE UNA ACCIÓN SENCILLA
Felipe Rubio, Septiembre 2013
El pasado viernes alguien regresaba al tiempo de contar lentejas en la terraza de una franquicia de la Calle Fuencarral; lo hacía sin dramatismos pues no contar es creer en la infinitud de lo existente y por tanto abrir las puertas a la estulticia. La realidad es en sí crisis y está en continua lucha, pero esta lucha no es dramaturgia sino naturaleza, a no ser que tomemos la dramaturgia por la naturaleza y esta se convierta en aquella, cosa que solo en Shakespeare es posible.
La imposición social de la perpetua juventud a la que nos arrastra el consumismo tiene como objetivo algo tremendamente dantesco, que no es otra cosa que el olvido de lo humano. Al desaprender a contar nuestros recursos no solo dejamos la inteligencia a un lado sino que olvidamos contar el paso de los días y de las horas, corriendo el peligro de caer en la abominable ilusión de ser inmortales.
El hombre que contaba lentejas era Hilario Álvarez.