PERFORMANCES y EXPOSICIONES
Lucio Zurdo, nació en Madrid en 1976. Estudió Artes y Oficios en la escuela de la Palma en Madrid, continuando su formación en la Facultad de Bellas Artes en la Universidad Complutense de Madrid, continuando con la realización del Master en Arte Creación e Investigación, motivadopor un continuo interés en el terreno plástico y preocupaciones acerca del ser humano lo que le ha empujado a continuar investigando a través del programa de doctorado de la UCM.
La línea de investigación a desarrollar con mi trabajo es a través de una escultura que responde a un estudio de formas orgánicas las cuales sugieren esqueletos, columnas vertebrales de animales inexistentes, con cierto carácter violento, aportando en este estudio una reflexión acerca de la vida y de la muerte, acerca de la crueldad interiorizada por esta sociedad de un modo tan brutal. Generalmente, las formas interiores hablan de lo que no se ve, en esta época en la que vivimos de las apariencias, echar una mirada a interior, la reflexión se hace cada vez más necesaria. La historia del arte está llena de autores que han reflexionado acerca de este tema. Rembrandt con sus bueyes desollados, nos muestra un interior desgarrador y a la vez bello, una representación que nos debería causar cierto rechazo, porque quizás nos evoca a nuestras propias vísceras, pero que sin embargo, consigue transmitirnos una potente imagen con mucha belleza.
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Me pide Lucio que hable de su obra, y lo siento porque soy de los que piensan que a menudo es más conveniente el silencio, y más cuando la obra se expresa desde la profundidad atormentada de la materia; no es un discurso claro ni elocuente, es un desgarrado susurro lleno de sugerencias e interrogantes.
Su nacimiento es agónico y precario pero cuando ve la luz expande su presencia con rotunda sobriedad.
No es una escultura que busque el agrado, no hace concesiones al espectáculo ni guiños al espectador, su interés va por senderos áridos alejados de los dogmas y los lugares comunes. La apariencia deja paso a la visceralidad, el material se desnuda de todo artificio y muestra las cicatrices del proceso como parte de su esencia.
La estructura conceptual se diluye inmersa en un contundente y, en apariencia, irracional diálogo entre la forma y la materia, y sin embargo se evidencia una apasionada búsqueda de las razones oscuras de la experiencia humana.
Seres desvalidos, descarnados, ajenos a todo canon de belleza efímera se dispersan y habitan un espacio a la vez extraño y acogedor, como la madre primigenia.
Pero como digo es mejor escuchar…
Pablo de Arriba del Amo.
Lucio Zurdo Menéndez
15 Febrero 2013 - 1 Marzo 2013:
M. a J. de 17h30 a 20h30, V. y S. de 12h a 20h30.
Creo que el trabajo acerca de la carne es en cierto modo peligroso e irremediablemente te atrae hacia ella, hacia la carne, la de verdad. El paralelismo del “juego” – investigación, trabajando sobre lo háptico, lo olfativo, lo visual, etc. surge de manera espontánea al realizar un trabajo, continuación de todo lo anteriormente tratado, impulsado por la necesidad de ir más allá de los moldes, materiales controlados como los plásticos, maquillajes, etc, en el que sustituyo la cabeza de silicona por una cabeza real de cerdo. El animal en cierto modo resulta humanizado. La reflexión acerca de lo expuesto, surge con un enterramiento a poca distancia bajo tierra, un animal, una cabeza de cerdo semienterrada, solo se deja ver su hocico, se descompone día a día, dejando detrás de si olores y texturas, mutaciones y parasitación de otros animales y sentirte mentalmente noqueado arrancando recuerdos infantiles, la materia influyendo, fuertemente, en la persona. Representación de lo orgánico a través de la carne, de lo efímero, sin utilización de siliconas ni moldes, con el uso de vida en su último estado…